Sólo después de que Amaloa saludó a los amigos de Ethan, estos se dieron cuenta de que efectivamente él había traído a su esposa a esa reunión.

Recordaron haber visto a Amaloa en su boda con Ethan hace dos años. También recordaron la crisis que tuvo y que arruinó la ocasión. Después de eso, se convirtió en un tabú en su círculo. Creían que eran una pareja condenada al fracaso. Sin embargo, por lo que parecía ahora, se llevaban de maravilla. No, mejor que bien: estaban prácticamente pegados el uno al otro.

Amaloa sentía las miradas penetrantes y escrutadoras de los hombres. Una sonrisa nerviosa se dibujó en sus labios al sugerir: "¿Por qué no los dejo para que se desahoguen? No quiero que se sientan incómodos por mi culpa".

Si ella hubiera sabido que Ethan se reuniría con un grupo de hombres, nunca se habría ofrecido a acompañarlos.

Damián se levantó de inmediato y dijo: «No seas tonta, Amaloa. Simplemente no pensábamos que vendrías, eso es todo. Pero cuantos más, mejor, ¡y qué gusto v