Capítulo 5

Alexandra estaba muy contenta con aquel mensaje, por fin Nathe podría arreglar las cosas con su mejor amigo, y por supuesto le dejaría muy claro que ella solo quería a Nathe, que no podía permitirse sentir algo más por él, solo una simple amistad. Guardó su celular al tiempo que Caroline observaba con sus ojos muy abiertos, aquel encuentro afuera del auto.

— ¿Quién será esa chica tan...? —Caroline guardó silencio al ver mejor a la chica que estaba hablando con Nathe—. Es un poco guapa, pero...

Alexandra no prestaba atención a lo que decía su hermana menor, ni a lo que estaba haciendo Nathe afuera con aquella desconocida, no sabía sentir celos, ella amaba, cuidaba, y confiaba, lo que significaba que confiaba en Nathe, debía ser alguna vieja amiga del medio artístico o de su vida, eso fue lo primero que se le cruzó por la mente, solo que ahora tenía otra cosa más importante que captaba toda su atención, y llevaba por nombre: Brandon.

— ¿Estás escuchando lo que te dije?

Alexandra manda una contestación rápida y guarda su celular, una ligera sonrisa se alojó en sus labios pero la supo esconder antes de que Caroline se diera cuenta de que le pasaba algo y quisiera inmiscuirse en sus planes.

—Lo siento, no presté atención —contestó Alex soltando un enorme suspiro.

—Eres increíblemente ingenua o muy tonta hermanita —Caroline se cruza de brazos.

Alexandra abrió los ojos como platos y Caroline le sonrió.

—Tu novio está hablando con una chica guapa y rica, y tu como si nada solo te dedicas a ignorarlo y estar metida en tu celular haciendo solo dios sabe que —Caroline gira los ojos.

Lo cierto era que aquella actitud de su hermana le divertía mucho, pero después el recordatorio constante de querer saber en dónde estaban sus verdaderos padres, le borró la sonrisa.

—No me interesa quien es la chica, confío en Nathe —Alexandra cambia su actitud a la misma hostil que siempre usaba—. Debe ser alguna amiga.

—Hay hermanita, si sigues así, terminaran robándote a Nathe, a los chicos les gusta sentirse importantes, y más si se dan cuenta de que sus parejas se pongan celosas cuando una mujer hermosa y sexy les hablan —Caroline comenzaba a inquietarse al ver la tranquilidad y paciencia que mostraba su hermana mayor.

Alexandra no dijo nada más, solo se limitó a sonreír y a echarle un breve momento en dirección a Nathe, después volteó y se adentró a su celular nuevamente.

Lo que no sabía ninguna de las hermanas, era que Nathe estaba en una situación extremadamente difícil, ya que aquella y chica en su momento fue importante, ambos compartían un pasado, aunque habían terminado bien, tenía muchos años que no sabía de ella, lo último que supo de su vida, era que ella y su familia se habían hecho de una fortuna, debido a la muerte de uno de sus tíos lejanos, por lo que se habían convertido en ricos nuevos.

—Hace tanto tiempo que no nos vemos —dice María con nostalgia.

—No quiero verme grosero y no quiero que pienses mal —Nathe tenía prisa, deseaba estar lo más cerca posible de Alex, la necesitaba, necesitaba su cuerpo—. Pero tengo prisa.

—Nunca eres grosero, es solo que hace años que no platicamos y pensé que tal vez era buena idea ir a cenar algo, juntos, después podríamos ir a un hotel y... —La chica guardó silencio dándole tiempo a Nathe para que aceptara, pero eso jamás llegó.

—María, tengo novia y la amo, me temo que voy a temer que declinar tu invitación para otro momento —dice Nathe con voz ronca.

— ¡Está listo! —Grita María con emoción—. Vamos todos, si tienes novia me muero por conocerla, debe ser una cantante muy famosa y muy hermosa.

—No creo que sea buena idea...

Era demasiado tarde, María ya le había dado la vuelta y se dirigía corriendo hacia el auto en donde estaban Alexandra y Caroline, Nathe maldijo por lo bajo, no quería perder a Alex por nada, y María solo significaba una cosa: malas noticias.

Alex estaba tan entretenida, absorta en sus pensamientos, que no vio venir a aquella chica morena, tocó la ventanilla y Caroline de mal humor bajó la ventanilla, pero al hacerlo, María fue más lista y metió la mano para quitar ella sola el pasador, abrió la puerta y la dejó así para que Nathe pudiera entrar.

— ¡Hola, mucho gusto! —saluda con una alegría exagerada, misma que le provocó nauseas a Alex, mientras que Caroline la veía seriamente como lo que era, una amenaza—. Soy María Surkem, ¿quién de ustedes es la novia de Nathe?

En ese momento entró Nathe al carro, le echó una mirada en forma de disculpa a Alex pero ella estaba entretenida viendo a la nueva intrusa.

—No seas tonta, es obvio que yo no puedo ser la novia de Nathe, soy menor —contesta Caroline de forma hostil.

—Vaya, que modales tan... —María voltea a ver a una hermana para pasar a la otra—. Rústicos.

—María, vete, no eres bienvenida aquí —le dice Nathe molesto.

—Vámonos —habla Alexandra, quien tenía la mirada fría y calculadora, la misma que tenía la primer vez que la vio en aquella bicicleta, en una tarde lluviosa.

Alexandra quería acabar con eso, sabía qué tipo de chica era, por eso mismo la dejaría hacer lo que quisiera y después la dejaría a su suerte.

—Bien —asiente Nathe dando instrucciones para ir a un restaurante cercano a donde se estaba quedando.

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