Gabriel no pasó por alto el gesto de Sonia momentos antes, y discretamente aflojó un poco la presión en la palma de su mano. Observó la obstinación en los ojos de Sonia, sintiendo una mezcla de resignación.
Después de un rato, tuvo que suavizar su expresión y tono, hablándole en voz baja.
—Sonia, nu