Así se da la bendición.
Capitulo 41.
La velada transcurrió, con total normalidad.
Afuera, varios hombres trabajaban para asegurar la puerta que daba ya a los pisos superiores.
Y los expertos en electrónica trabajaban con los controles del ascensor de tal forma que sólo ellos pudieran subir a los 3 pisos superiores.
Así cómo tambien los puestos de estacionamiento, reservados.
Mariela, no daba crédito a todos esos cambios.
Ya eran dueños no sólo del que alquilaban, sino de tres pisos.
_¡ Madre de Dios.!
Abajo ya existían los apartamentos para el servicio, y el de su mamá Mariela tenía planes de hacerle algo que ella extrañaba, un jardín o porche venezolano en el apartamento de al lado, en el otro pensaba en una cocina, parrillera, algo que la hiciera soñar ya estaba pensando en mandar a traer hamacas hechas en territorio venezolano y traer plantas y arbolitos que se pudieran mantener en macetones.
Pero cuando Ricardo le habló que tenían la parte superior o penthouse, se volvió loca comiendo a Ricardo a besos