Los ojos de Camila no podían ocultar la tristeza al entender que su vida podría servir para salvar a su hija pero no para verla crecer a lado de su otra pequeña y el amor de su vida.
- Acepto, mi vida es un precio justo por el de mi hija, dime que quieres que haga?- Dijo Camila con firmesa en la voz a pesar de aún estar llorando.
- No Camila, no puedes hacerlo- Samantha dijo sin entender que era lo que estaba pasando y sin saber quien estaba del otro lado del telefono.
Megan se rio en su interior y seriamente le dio instrucciones a Camila para verse en el cruce del ferrocarril qué está en las afueras de la cuidad a un lado del río Sain Thomas.
Camila colgó y volteo a ver a Samantha con los ojos llenos de lagrimas sabiendo que no podría contenerse frente a ella que siempre la había apoyado por encima de todo.
Camila la abrazo y dejo que las lágrimas calleran por sus mejillas.
- No puedo abandonar a mija, no puedo permitir que Megan le haga daño.- le dijo mirándola a los