—¡No! ¡No se escapará!, por esa ruta sigue otro pueblo. Hay una célula de la Nekravskaya en esa zona, le diré a Vladimir —pidió Tatianna a Yuri su teléfono móvil.
—Yo no tengo el número actual de tu esposo. Solo mi hermano, se dice que cambia cada semana.
—No. Hay una línea que no cambia, la conozco de memoria~ —sonrió Tatianna.
—Eres una esposa que da miedo, hermanita~ —le entregó Yuri su teléfono móvil y Tatianna llamó a su esposo.
—¿Es usted mi querido muñeco?~ —le preguntó Tatianna cuando la llamada fue atendida pero aún no había escuchado a nadie hablar.
—Es bueno volver a escuchar tu voz, niña~ ¿dónde estás?
—En las afueras de Krasnogorsk, en las cercanías del río; contacta a tu gente, Alexei irá por ahí, causó un caos aquí que pronto llamará la atención de las personas —avisó Tatianna alerta a su esposo.
—Perfecto. Lo haré.
—¿Yulian ya te contactó y habló del trato?
—Lo hizo.
—¿Qué le dijiste?
—Que por ti haría todo~ —le respondió Vladimir a Tati