Clara no le contó nada sobre Joaquín. Él tenía su propio mundo y la cuenta pendiente que tenía con Joaquín era asunto suyo. Clara no quería involucrarse en los asuntos de hombres.
—Nada importante, fui a la cocina a ver qué hay para la cena.
—Siempre tan atenta. —Diego guardó su mano en el bolsillo de su abrigo, cerca de su cintura, transmitiendo un cálido y sutil calor.
Ambos estaban juntos, como una pareja perfecta.
Pero Diego sabía que no era así. Había visto claramente a Clara irse con Joaquín y ella no quería mencionar ese asunto.
A pesar de que ella no le había culpado por lo sucedido con Violeta, Diego sabía en su interior que él y Clara ya no podían volver a ser como antes.
La esposa que solía esperarlo en casa con dedicación y amor, esperando su regreso todos los días, había desaparecido.
Ahora Clara tenía todo lo que quería, pero el amor ya no ocupaba un lugar central en su vida. Él era solo una parte, ya no el único.
Diego se sintió triste al darse cuenta de esto, pero no se