Capítulo 1238
Clara sabía muy bien quién era él, pero ¿qué podía hacer una mujer indefensa? No podía cambiar la situación en absoluto.

Incluso si ella matara a Ezequiel hoy, los ataques al país de Cordovia no se detendrían.

El país de Ardanvia se vería obligado a responder, pero la guerra no era la mejor estrategia.

No sabía cómo Ezequiel podía hablar con tanta indiferencia, así que reprimió su ira y preguntó: —¿Quién eres realmente?

—Solo necesitas tratarme, lo demás no importa.

Clara frunció el ceño y no quiso seguir con ese tema. En cambio, dijo con calma: —Permíteme usar el baño, tú acuéstate en la cama y en un momento te tomaré el pulso adecuadamente. Tu problema no se limita a la cabeza, es mucho más complicado.

Ezequiel levantó la barbilla. Clara cerró la puerta con llave al entrar.

No pasó nada anoche, parecía que el otro lado había dejado de sospechar de ella por ahora.

Ezequiel acababa de terminar de bañarse, así que esta era la mejor oportunidad. Clara notó que no llevaba anillo en el ded
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