51. La cara del mal
Arin no correspondió el beso; sin embargo, no la rechazó abiertamente. No quería hacerle un desplante público y atraer más la atención sobre ellos. Intentó disimular su incomodidad con la mejor sonrisa que pudo, pero en el fondo se sentía molesto que lo pusiera en esa posición.
— Debemos despedirnos, pero les agradecemos su tiempo y que se trasladaran esta mañana hasta aquí—, comentó para terminar la presentación.
— Hablo en nombre de todos aquí, estamos felices de que la señorita Pari pudiera regresar nuevamente con su familia y esperamos que nos den las buenas noticias en los próximos meses.
— Pondré todo de mi parte para reconquistarlo.
Arin tomó a Pari del brazo con gentileza para alejarla de la vista pública y una vez solos respiro profundo para calmarse antes de hablar, —¿por qué tenías que hacer y decir algo así en público?
— Lo siento, me dejé llevar por la emoción del momento, yo…, entiende cuando ocurrió todo, tú eras mi prometido para mí, es como si hubiera sido ayer.
Arin