Charlotte intentó mover sus extremidades, pero fue en vano. Actualmente estaba tendida en el suelo con las manos y las piernas atadas.
Se obligó a calmarse y dijo: “Tienes mucho valor para mostrarte frente a mí, ¿eh, Victor Rutherford? Parece que has olvidado lo que Zachary te hizo aquel día. ¿Necesitas que te lo recuerde? ¡Cómo te atreves a secuestrarme!”.
“¡Zachary Connor! ¡Zachary Connor! Si, tienes razón. No hay forma de que olvide la forma en que me humilló. ¡Nunca jamás olvidaré las cosas que me hizo en esta vida o en la próxima!”, Victor gritó enojado. Su rostro se contorsionó por la rabia cuando recordó la humillación que Zachary le había infligido.
Hace un mes, él había intentado agredir sexualmente a Charlotte, pero su plan fue frustrado por Zachary.
Desde que Zachary lo había humillado, su reputación mordió el polvo. Su esposa lo había abandonado, su hijo y su hija cortaron los lazos con él y se había convertido en el hazmerreír de toda la ciudad. La vida era un infierno