En el lago Creciente, el lago donde Sotiria casi se ahoga…
El coche de Sotiria ya había sido rescatado. Y Sotiria, que llegó a la escena con la policía, se paró frente al coche y pensó en la escena que había ocurrido aquí no hace mucho, donde había quedado atrapada en el coche, forcejeando y esperando morir. Sintió un fuerte odio burbujeando en su corazón como magma.
Marco, que estaba parado a su izquierda, miró el lago brillante con miles de pensamientos cruzando por su mente. “La policía recuperó los registros de llamadas. Hoy temprano, alrededor de las 12:30 de la tarde, efectivamente hubo una conversación entre mi número de teléfono y tu número de teléfono. La conversación duró más de dos minutos”.
Sotiria asintió. “Entonces, Marc, ¿por fin crees que Virginia quiere matarme?”.
Marco permaneció en silencio por una fracción de segundo y miró a Virginia, que estaba encerrada y siendo interrogada por la policía en un patrullero.
“Esa conversación sonaba muy extraña la verdad, adem