“¡Suficiente!”.
La voz de Zachary le respondió con frialdad mientras apartaba fríamente la mano de Lorraine al mismo tiempo.
“¡Ah!”.
El hombre usó tal fuerza que Lorraine dejó escapar un grito y volvió a caer sobre las escaleras.
La piel de su codo se desgarró y empezó a sangrar.
Los ojos oscuros y llenos de tinta de Zachary no mostraban ni una onza de lástima. Su voz aún sonaba fría e insensible.
“Recuerda, si algo le vuelve a pasar a Carlie a partir de ahora, lo primero que me vendrá a la mente es que la has vuelto a lastimar. Si la lastimas, te haré pagar incluyendo la suma de tus deudas anteriores”.
Lorraine, que estaba medio tirada y medio sentada en la escalera, miraba con desánimo su rostro frío y distante. Ella no podía hablar. Solo sus lágrimas corrían por su rostro incontrolablemente.
Zachary se negó a mirarla más. Se dio la vuelta y caminó hacia Charlotte.
“¡Lory!”. Jebediah gritó preocupado mientras caminaba hacia Lorraine. “Sé que probablemente estés resentida con