Narra David
Al día siguiente desperté con mi hermosa princesa en mis brazos, ella aún dormía cuándo yo desperté y me quedé mirándola cómo si estuviera viendo a la visión más sublime del universo, hubiera podido contemplarla el resto de mi vida pero desgraciadamente era lunes y ambos teníamos trabajo, así que opté por despertarla con ternura.
- Itziar mi princesa, despierta por favor – le dije con toda la ternura del mundo y dándole suaves besos en sus manos.
- Buenos días mi príncipe – me respondió ella con dulzura y aún dormida.- No hubiera querido despertarte pero tenemos trabajo el día de hoy, mi princesa – le dije con mucha ternura.- Lo sé mi príncipe, pero quisiera estar contigo así todo el día – me dijo ella dulcemente.- Yo igual mi princesa, pero debe