CAPÍTULO TREINTA
—¿Ya conociste a mi chica? —preguntó esa tercera voz varonil que lo irritaba.
Lucca Preston Rossi, su primo, su competencia directa y su enemigo, le rodeó los hombros a Daphne Harper y la besó en la sien y luego en la boca, dándole un beso apasionado.
Aiden hizo una mueca y después bufó al darse cuenta que dos dementes se habían juntado, por lo que nada bueno podía salir de ahí.
—Dirás tu puta de turno —dijo Aiden y bebió su octavo whisky.
Daphne batió las pestañas simulando que estaba ofendida, pero en realidad le daba lo mismo. Ella había vuelto a Australia por una sola razón.
—¡Hey cuidado como le hablas a mi novia! Que soy el único que puedo tratarla como quiero —amenazó Lucca.
Aiden sonrió y pidió un noveno trago.
—¿Qué hacen juntos? ¿Y cómo se conocieron? —cuestionó el joven empresario intrigado por la inusual alianza—. ¿Me van a contar o también eso es un misterio?
Daphne se miró con Lucca, y luego Lucca asintió con su cabeza.
—Luego de que Emily enviara a ma