CAPÍTULO CIENTO SESENTA Y OCHO
Cuando Alex bajó las escaleras junto a Elian, Elian de inmediato quiso caminar, que él le dejó en el suelo. El pequeño niño corrió a donde estaba Nate.
—Aiden se va a quedar —informó Alex sobándose la nuca.
—¿Y Emily? —cuestionó Marie—. ¿No viene con nosotros?
—Está durmiendo —respondió Alex y suspiró mirando a los niños—. Para ella esto ha sido agotador y difícil. —Luego miró a su madre—. Creo que deberíamos dejarla descansar un tiempo. Desde que viajó de Alemania no ha podido dormir casi nada, además mi hermano la va a cuidar, así que… no creo que ocurra nada malo ¿no? o ¿Crees que se enoje porque vamos a salir con los niños?
Marie alzó una ceja curiosa por las palabras de su hijo menor y le dio una mirada cómplice a su esposo, que también le miró, pero con algo más de seguridad.
Ella no estaba preocupada por si Emily se enojaba o no por salir con sus nietos, lo que realmente le preocupaba a Marie y la tenía insegura era de dejar a su nuera junto a Aid