Kiara se arrepintió inmediatamente de cada palabra que salió de su boca en cuanto vio el dolor en los ojos de Levi, pero ya era demasiado tarde para arrepentirse.

El viaje de vuelta a su antiguo apartamento fue silencioso porque nadie sabía qué decir en ese momento. Kiara no dejaba de mirar a Levi con culpa en los ojos, pero Levi no le dirigió ni una sola mirada.

Cuando por fin llegaron al edificio, Kiara soltó un suspiro y se giró hacia él.

"Lo siento por las palabras duras que te dije, es que... estoy muy cansada y todo eso". Levi sonrió ligeramente.

"Fuiste mucho más grosera conmigo la primera vez que nos vimos, así que no me ofendí. Tal vez esté cruzando mis límites con esto, pero debes saber que estoy preocupado por ti y que me odiaría eternamente si te ocurriera algo". Ella le sonrió y, de repente, lo rodeó con los brazos, sorprendiéndolo.

Sus ojos se abrieron un poco y luego la abrazó con fuerza.

"Me alegro de haberte salvado aquel día, Levi. Eres un buen amigo". Su