EVANGELINE
Todo el camino estuve estresada, no quería ir, tenía un mal presentimiento, estaba ansiosa y odiaba a esa zorra, aun no la conocía, pero ya la odiaba.
Ni siquiera me fije hacia dónde íbamos, hasta que llegamos a una super mansión, era enorme, bonita y extravagante, nos guiaron hacia la parte trasera a un enorme jardín, caminamos un poco sobre un camino recto, hasta que llegamos a un pequeño muelle, nos esperaba una lancha de tamaño medio, habían varias personas ya sentadas, hasta que reconocí a todos, los salude y tomamos nuestro respectivo asiento.
Nos llevó hasta un hermoso y grande yate, los chicos nos ayudaron a salir una por una hasta que subimos, tenía que admitir que tenía buen gusto, había una mesa con aperitivos, los meseros traían bandejas con copas llenas de vino, champán y otros tipos de cócteles.
Está