La relación entre Agony y Kya era bastante estrecha. Desde la noche en qué la rescataron, la bruja se ha encargado de curarle cualquier malestar que está tuviera, sin embargo, tras el pasar de los años, esta tuvo que ocuparse de todos sus asuntos y negocios, eso implicaba viajar muy seguido y mudarse lejos de sus amigos, quienes consideraba como familia. Hope y Destiny han estado a su lado desde que tenía memoria, pues ambos demonios eran mucho más viejos en cuanto a edad en ese plano terrenal, y ella tenía varios siglos encima. Gracias a su magia y a la maldición de los brujos, no envejecía como los mortales.Los primeros años de convivencia con la loba fueron complicados, debido a que notaron que tenía problemas para controlar su transformación, además de descubrir su habilidad para volverse intangible como un espectro. Los tres seres sobrenaturales nunca habían conocido un lobo con tal poder. Lo negativo del asunto es que, al no ser capaz de controlarse, su agresividad era muy peli
—Al fin despiertas.KC escuchó la voz de su tía, quien la miraba con diversión. ¿En qué momento se había quedado dormida? Recordaba terminar de maquillarse y nada más. Tal vez el cansancio le había pasado factura después de tantos días sin descansar como se debería.—Si, casi le digo a tu tía que nos lleve de vuelta a nuestras casas para que descanses.Esta vez fue Judas quien se ganó la atención se la loba. En los asientos traseros estaban sus amigos con atuendos bastante llamativos. El vampiro de cabellos largos, llevaba estos completamente de lado con tres trenzas al otro costado. Su chaqueta de terciopelo hacía contraste con la camisa blanca debajo, la cual dejaba ver bastante de su pecho desnudo.El chico agarró la mano de la chica y le sonrió, en sus rojos ojos estaba implícita pregunta por el bienestar de la loba, quien le devolvió la sonrisa en respuesta afirmativa.—¿Ahora sí podemos hacer presentaciones formales? —Agony miraba a ambos jóvenes con felicidad. Judas no le había
—Dame una razón válida para querer ir a la universidad.—En vez de eso te voy a dar una advertencia. Si no vas destruiré tu colección de patinetas, una por una, además de bloquear todas tus cuentas y quemar cualquier dinero en efectivo que tengas guardado.La chica morena de cabello rizado sintió su cuerpo temblar con cada palabra amenazante de la mujer con cabello blanco que tenía al frente.—No te atreverías, Destiny Dei Sanguinum – la suplica iba implícita en cada palabra que esta pronunciaba, sin embargo, la respuesta solo le hizo temblar aún más.—¿Me estás retando, Kya Clancy? – escuchar su nombre completo de la boca de su madre adoptiva era peor que la tortura en el infierno, o eso pensaba, realmente no lo sabía dado que ha tenido la fortuna de nunca ir.Tragó saliva con dificultad y mirando los marrones ojos de la mujer, negó con su cabeza repetidas veces, haciendo que Destiny sonriera con superioridad y acariciara el desordenado cabello de la morena.—Buena chica. Ahora alíst
—Perfecto, primer día y ya tengo un enemigo—KC lanzaba maldiciones al aire bastante audibles, la situación anterior si bien había sido bastante tonta a su parecer logró sacarla de quicio, sumándole que su estomagó había comenzado a gruñir dando señal de que ya era hora de almorzar.La cafetería del lugar por supuesto que era muy amplia, como la mayoría de los espacios. Las mesas eran las típicas cuadradas con asientos unidos a ellas, contaba también con espacios abiertos para tener una linda comida al aire libre. El menú era lo suficientemente variado para que tuviera muchas elecciones completamente distintas. La morena tomó una bandeja y se acercó a la comida para elegir su respectivo almuerzo, lo cual fue algo complicado porque todo se veía muy sabroso.Conseguir una mesa vacía fue igual o más complicado que elegir comida. Suponía que ese día todos los estudiantes estaban libres porque el lugar estaba repleto, optó por salir a la terraza y donde cada mesa a la vista estaba ocupada.
El final del día había llegado y con eso el auto de Destiny se detuvo en el estacionamiento de la universidad. Bajo la curiosa mirada de los estudiantes, salió de su lujoso auto con la elegancia que la caracterizaba como una modelo que era. Su paso era lento pero preciso, aunque no tenía idea de a donde se dirigía, solo buscaba a su pequeña cachorra con tranquilidad. La de cabellos blancos llegó hasta las múltiples canchas de deporte siguiendo el ruido dentro de estas, y allí la vio junto con otros dos chicos jugando con una pelota de voleibol. —KC, por favor, no seas tan ruda— El pelirrojo de pecas se quejó justo después de recibir un pelotazo cortesía de la loba, quien rodó los ojos y se cruzó de brazos. —Thomas, se supone que juegas básquet, allí suelen ser más rudos. Deja de lloriquear. Meera reía mientras buscaba la pelota cerca de la salida del gimnasio, allí se encontró con la mujer de cabello blanco y solo al verla sus ojos se abrieron en demasía, lo siguiente que escucha
Desde el gran ventanal de la oficina del director, Hope Midnight observaba la calle de las fraternidades con ojos llorosos. —Yo quiero ir— lloriqueó rodeado de montañas de papeles. La bienvenida había sido su idea y allí estaba él; encerrado en su oficina firmando y acomodando papeles como un ratón de biblioteca, aunque no por gusto. Pero se lo merecía por estar tantos meses ausente. Si bien tenía a la señorita Duke para hacerse cargo de la mayoría de las cosas en su ausencia, había cosas legales que solo el director podía tramitar, incluso tuvo que pagar multas por vencimiento de algunos documentos y licencias. Eso le enseñaría a no ausentarse nuevamente. A sus espaldas sintió la presencia de su exjefa, lo que le permitió levantarse de su escritorio y estirar la espalda. —¿Le llegó la invitación a KC a la fiesta? — el de ojos verdes caminó hasta la pequeña cocina de su oficina para calentar un poco de café y servirlo en dos tazas. —Algo tarde. Ya tenía noción de la fiesta antes
—¿Esto es todo? La mujer de cabellos blancos terminaba de apilar varias hojas en el escritorio de su amigo sin dificultad, a diferencia de Hope, quien estaba tirado en el gran sofá casi dormido. —¿Quieres más? —la respuesta había salido con sorpresa y cansancio. —No sea llorón, en la academia hago más tramites. Solo no debes dejar acumular el trabajo. —Si señora, prometo a partir de ahora estar al día con todo el papeleo. Y con eso el demonio de ojos verdes se levantó de un brinco, tomando la postura de un soldado. Destiny se acercó con hostilidad, algo que hizo al chico moverse con rapidez para escapar del golpe de su exjefa. —Idiota. Ya pasaban de las cuatro de la madrugada y por supuesto que estaba cansada, sin embargo, ayudar a Hope le había permitido mantener la mente ocupada para no volver a pensar en lo que anteriormente le atormentaba. Por suerte quince minutos después de haber terminado, recibió la llamada de KC por lo que al cerrar la oficina salió directo a buscarla.
¿Cómo era posible que el dolor de su cabeza fuese tan fuerte? Era simplemente absurdo. La noche anterior no había bebido tanto, además de su naturaleza, su tolerancia al alcohol era lo bastante alta como para que ahora estuviera enloqueciendo con esa presión en su cabeza. ¿había ingerido la píldora de alimento esa mañana? No lo recordaba, tal vez su dolor se debía a eso, si, tal vez era eso. Con rapidez revisó su bolso con la misión de conseguir una de sus anheladas píldoras, sin embargo, se encontró con la sorpresa de que le faltaba la caja completa donde las guardaba. Pánico. Judas Mornigstar estaba entrando en pánico. Su madre iba a matarlo, no podía haberlas perdido, pero tampoco recordaba haberlas sacado de su bolso el día anterior o esa mañana, de hecho, nunca las sacaba de allí. —¿Se encuentra bien, joven Morningstar? La voz de su profesor le hizo mirar al frente. Por un par de minutos se había olvidado que estaba en clases, Merlin estaba sentado a su lado mirándole con d