20. Mariam, tres duques para tres hermanas
— Levanta dormilona, o llegaremos tarde para ver a tus hermanas.—
— Solo un ratito más, por favor— digo tapando mi cabeza con las sabanas.
— No me has dejado dormir en toda la noche y ahora pretendes hacerlo, quizás deberíamos emplear nuestro tiempo en algo más placentero...— dice Kendrick subiéndose encima.
— No, ahora no que llegamos tarde, no quiero causar mala impresión.—
Lo empujó para que me deje levantarme, cojo mi ropa y paso al baño.
— No se a que tantos nervios, al fin del acabo son tus hermanas ya deben conocerte.—
— Ya lo se, pero siento que debo de causarles buena impresión.— digo ligeramente preocupada desde el interior del aseo.
— No tienes que impresionar a nadie, ellas te quieren y te lo han demostrado viajando desde tan lejos para encontrarte.—
Quizás tenga razón, después de un rato ya estoy lista, subimos al carruaje y viajamos hasta el pueblo más tarde vendremos a casa, ya he mandado preparar los cuartos, no voy a permitir que se alojen en el pueblo teniendo es