Cap 3

Anabel.

Me siento como si estuviera en una cascada, el agua cae sobre mi cabeza y me ase recordar cosas que creo que no son mías, veo a una mujer que está muy preocupada tocando con desesperación la puerta de esta casa, la puerta es abierta por Nikolay.

-Qué desea.

-Por favor salve a mi esposo fue maldecido se que usted tiene magia y se también lo que se dice de usted pero no me mpotar solo salvelo.

-El precio es muy alto está dispuesta a pagarlo.

-Sí.

No sé por qué recuerdo esto pero cuando ella acepta una desesperación se apodera de mi como si cometiera el peor error de su vida, deseo despertar y ya no ver esto vamos Anabel despierta de este mal sueño. Por fin puedo abrir los ojos y un dolor de cabeza golpea mi cabeza, me encuentro en una habitación que es la más grande en la que estado y la cama es muy suave, espera cómo diablos acabe aquí y lo más importante por qué me desmaye de seguro ese maldito albino me drogo con su estúpido anillo, le sacaré la lengua y lo estrangularse con ella salgo de la habitación y voy por el pasillo hasta que llegó a la sala que está unida al comedor y me encuentro a un hombre delgado de cabello castaño claro pero lo que me estraña es que tenemos el mismo color de ojos, el al verme me da una sonrisa tímida.

-Hola que bueno que ya despertastes soy Dmitry, como te sientes.

-Qué te importa donde está el puto albino.

-Se que tal vez tengas algunas preguntas pero que tal si nos calmamos un poco.

-Qué te calme tu puta abuela.

-Por qué hay tantos gritos y con un vocabulario tan vulgar.

Escucho la voz del mal nacido que se atrevió a drogarme ese tal Nikolay, aparece detrás de mí de una forma tan silenciosa que me espanta un poco pero me enfoco en el motivo de mi molestia, me doy la vuelta y lo apunto con el dedo.

-Tú maldito como te atrevistes a drogarme.

-Fue tu culpa que no te enseñaron a no entrar a la casa de un extraño.

-Solo quería saber algo de mi abuela maldito.

Miro como Nikolay frunce el seño y me mira con molestia al parecer al señorito noble gusta que lo insulten.

-No te vuelvas a dirijir a mi de esa forma debes de tener más respeto por tu amo.

-¡Ja! Ya quisieras ser la m****a de perro que piso.

De una forma impresionante se aserca a mi, el muy maldito está a sentimientos de mi cara puedo sentir su respiración en mi rostro.

-No me vuelvas hablar así es la última vez que te lo dijo.

No sé por qué pero me está comensando a dar mucho miedo y no es por qué se allá puesto tan cerca de mi en unos instantes sino por su mirada es como ver la entrada al infierno en un tono azúl que en cualquier momento arderá con su mayor intensidad, me alejo de él rápidamente y me intento asercar a la puerta para poder salir de aquí.

-A dónde crees que vas Anabel.

Lo miro con cautela a él y al Dmitry, no sé dónde me metí pero se que puedo salir de esta, la mirada de Nikolay se vuelve más intensa y siento como un escalofrío recorre mi cuerpo desde mis pies hasta la espalda.

-Te dije que a dónde vas.

-Qué te importa.

-Regresa aquí de inmediato.

Siento como mi cuerpo se tensa y por alguna razón mi cuerpo se comienza a mover así el, intento detenerme pero no puedo es como si me jalaran asia el, me puedo detener cuando estoy frente a el tragó saliva ya que tengo mucho miedo puedo sentir como mis rodillas tiemblan ligeramente, Nikolay me da una sonrisa burlona y puedo ver con sorpresa que sus caninos son enormes, podría jurar que crecieron frente a mí pero que diablos está pasando.

-Nikolay ya dale un respiró a la pobre no siquiera le e dicho lo principal, se va a desmayar.

Cómo que lo principal, a qué se refiere con eso de que hablan, Nikolay se separa de mí y me da la espalda.

-Pues aslo ya, no deseo que me siga viendo de esa forma.

Dmitry se me aserca con cautela y actúa como si fuera a escapar en cualquier momento y pensándolo bien eso debería de hacer pero no quiero volver a sentirme como si me jalaran cómo un perro que no quiere entrar al veterinario.

-Veras Anabel la cuestión es que tú eres mi bisnieta y te preguntarás qué eso es imposible ya que no me veo viejo y es que cuando era joven una bruja me maldijo, la maldición literalmente me estaba consumiendo de adentro así fuera y mi esposa en su desesperación acudió a Nikolay el cual en ese entonces los rumores del pueblo decían que era un tipo de brujo a algo así ya que no envejecía, Nikolay dió su ayuda y me quitó la maldición pero a cambio pidió que las mujeres de la familia Arkasha lo servirían hasta que naciera un barón lo malo que la maldición de la bruja las impide tener más de un hijo en su vida, tu madre al enterarse de la maldición creyó que al escapar contigo en su vientre podrías escapar pero la maldición te trago de vuelta para cumplir lo pactado.

Siento que se me apagó el cerebro, no puedo procesar todo lo que me acaba de decir Dmitry es más no sé si está loco o yo estoy más por qué le creí un poco, volteo a ver a Nikolay que me da una sonrisa burlona enseñándome sus dientes blancos que me asustan más, una pregunta ronda mi mente y no la puedo apartar mi boca parece cobrar vida propia y se mueve sola.

-Qué son.

-Somos hijos de la noche, amantes de la sangre, somos vampiros linda.

Creo que me acabo de volver sorda o ya tengo problemas de audición pero eso explicaría los dientes de Nikolay, vamos Anabel tu puedes salir de esta situación has salido de cosas peores solo piensa en una distracción.

-Quiero ver dónde está mi abuela.

-Yo te llevaré.

Miro como Nikolay toma un paraguas y me abre la puerta, pasó con timidez ya que siento la mirada de esta albino sobre mi, maldigo mi suerte por qué se tenía que ofrecer está maldito de culo blanco, Dmitry se mira que es más maldiable pero Nikolay se ve más serio y sin contar que me da miedo su mirada, es el primer hombre que me intimida en mi vida ni cuando trabajaba para los matones me pasó a esto, caminamos por una vereda de pequeñas piedras blancas que nos conduce al bosque, me siento tan incomoda y no sé si pueda salir corriendo por el bosque el es más rápido que yo y por mucho.

-Por qué tienes miedo dónde quedó aquella jovencita que gritaba con enojo dentro de la casa o no me digas que te doy miedo.

No le contesto a Nikolay y simplemente y sencillamente lo ignoro ni siquiera lo volteo a ver pero creo que esto molesta a Nikolay ya que rápidamente me acorala contra un árbol y me ase verlo a los ojos, se me aserca tanto que casi puedo tocar su rostro con la punta de mi nariz.

-Por qué me tienes tanto miedo si no te hecho nada, aún.

M****a me va a matar vamos Anabel tu puedes defenderte sabes cómo no dejes que el miedo te dominé, pongo mis manos en su pecho y lo aparto de mi espacio personal y me sorprende al sentir su pecho firme pero frío.

-No lo creas, solo son muchas cosas que procesar en poco tiempo.

-Sí claro.

Lo miro con molestia cómo se acomoda el cabello, me cruzo de brazos y desvío la mirada no me gusta admitirlo pero me distrae su rostro.

-Ya mero llegamos.

Nikolay me señala a mis espaldas y al darme la vuelta veo un claro con algunas tumbas, me aserco con paso lento y comienzo a leer el nombre de las tumbas me detengo en secó al ver el nombre de mi abuela Natacha, me arrodilló frente a ella y la miro con pena, maldición por qué no llege más rápido o antes para que no se fuera sin poder conocerla, sin poder pasar tiempo con ella.

-Por qué actúas así si nunca la vistes y mucho menos la conocías.

Pero que pregunta tan estúpida acabo de enterarme de la existencia de mi abuela que falleció y para rematar este loco me dijo que ahora tendré que servirlo hasta que me muera o tal vez podría matarlo.

-No importa que no la allá conocido o visto era mi pariente, mi sangre, una persona que sin su existencia yo no estaría aquí y me da mucha pena que mi abuela allá tenido que soportar a una sanguijuela tamaño llumbo, grosera e insensible y quisiera saber cómo si se supone que eres un vampiro estás caminando bajo el sol.

Eso último se lo dijo a la cara después de averme levantado del suelo, Nikolay solo se acomoda unos lentes de sol que no se de dónde los sacó y me mira con desinterés.

-Dime tu que tanto sabes de vampiros de pura sangre.

Antes de que pueda contestar con alguna respuesta inteligente Nikolay pone un dedo sobre mis labios para callarme, su toque sobre mi piel ase que un calor se extienda por mi cuerpo y mi corazón lata con más fuerza.

-Los vampiros de pura sangre como yo tenemos el privilegio de poder caminar de día siempre y cuando tomemos nuestra sangre diaria pero aún así debemos de cuidar nuestra piel y tú deberías Aser lo mismo.

Nikolay me toma de la barbilla y me aserca a él bajo  la sombra de la sombrilla, me toma por sorpresa y me roba un corto beso lo aparto con un empujón callendo sentada asia atrás, siento que las mejillas arden y pongo mis manos sobre mi boca, como pitas madre se atrevió a besarme.

-Pero que diablos te pasa eres un maldito pervertido.

-Pense que así te relajarias un poco ahora andando que no tarda en llover.

Nikolay se da la vuelta y comienza a cominar a la vereda de nuevo, me quedo mirando la hierba frente a mí, jamás me habían robado un beso lo intentaron algunas veces pero digamos que no viven para contarlo pero este hombre me pone nerviosa, no sé si es por qué es un vampiro o por alguna razón más.

-Vamos muevete.

Me grita y siento como mi cuerpo se comienza a mover solo de nuevo, pero qué diablos me pasa, lo alcanzó y el camino a la casa es silencioso y un poco incómodo, al llegar a casa Nikolay me mira de reojo antes de desaparecer en el pasillo y se escucha su voz de fondo.

-Dime las reglas Dmitry.

Que acaso lo intimido ahora yo que no me quiere decir nada más, este hombre me desespera pero no puedo dejar de el pasillo por dónde se fue.

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