Mía, ¿por qué demoras tanto? Odio cuando Paolo me acosa, más aún cuando él sabe lo difícil que es para mí arreglarme estando embarazada.
-¡Paolo, deja de joder! Me termino de maquillar y luego me echo un poco de perfume.
Bajo las escaleras con cuidado y veo que todo está perfectamente decorado en el jardín. Todos ya están sentados y muero de vergüenza porque debería estar sentada en este momento.
-Hola, buenas noches - digo con algo de pena.
-Hola, Mía - todos saludan formalmente.
-Disculpen la tardanza, pero sabrán que en mi estado es una misión arreglarse - todos se ríen mientras yo me siento.
-No te preocupes, querida, suele pasarle a todas.
La noche la pasamos entre risas y anécdotas de todos, hasta que Paolo se para y da pequeños golpes a la copa para llamar la atención de todos.
-Bueno, quise hacer esta reunión porque Mía y yo queríamos darles una noticia - Paolo extiende su mano para ayudarme a parar. Lo veo con nerviosismo, pero él me sonríe para que me tranquilice.
-Y