Sentí mi corazón latir a mil por hora, sentía como toda la sangre abandono mi cuerpo pero después un rubor inevitable apareció en mis mejías,me quedé como idiota parada frente Evan, el me miraba fijamente tratando de descifrar alguna pista, me miraban anhelantes de algúna respuesta, sus ojos azules destilaban desesperación por una respuesta pero simplemente no podía dársela, ni si quiera yo se que siento por el.

Tomo la cordura y decido dar media vuelta e irme sin decir nada.

—no te irás —me dice en sujetando mi brazo, yo volteo a verlo pero rápidamente desvío mi mirada.