"Después de eso, Qianyun tuvo fiebre. Al principio se negó a tomar el medicamento por temor a que afectara al bebé, así que lo soportó. Pero la fiebre empeoró y casi muere. Si siguiera negándose a tomar el medicamento, el bebé que llevaba probablemente moriría con ella. Fue entonces cuando ella finalmente tomó la medicina". Yan Qiongying continuó: "Puede ver cuánto ella ama al padre de su hijo, Señor Ye. Solo le digo esto con buenas intenciones. Espero que cuide bien de Qianyun. Ella ha sufrido mucho. Aunque ella alguna vez amó tanto al padre de su hijo mayor, ahora está con usted...".

Su voz se detuvo, y el resto de sus palabras parecían atascadas en su garganta.

Sus ojos miraban fijamente a Ye Wenming. El hombre cuyo rostro estaba lleno de indiferencia en ese momento parecía estar abrumado por el dolor.

El dolor parecía interminable. Era como si el hombre ya estuviera en el infierno.

Yan Qiongying se sorprendió al ver la expresión de dolor en el rostro de Ye Wenming.

Nunca supo