Ye Wenming se fue sintiéndose agitado.

Guo Xinli parecía culpable cuando dijo: "Lamento haber hecho que tú y el Señor Ye...".

"Soy yo quien debería disculparse por involucrarte entre él y yo". Zhuo Qianyun sonrió amargamente.

Aunque Guo Xinli decía repetidamente que no era problema, Zhuo Qianyun todavía lo lamentaba.

Por la noche, el Pequeño Yan y su madre ya estaban dormidos. Zhuo Qianyun estaba a punto de cerrar las persianas de la tienda cuando un coche se detuvo en la entrada. Entonces, una figura salió tambaleándose.

Antes de que Zhuo Qianyun pudiera reaccionar, la figura la abrazó, miró hacia abajo y enterró su rostro en el cuello de ella.

"Qianyun...". La voz ronca mezclada con el olor a alcohol le dijo quién era.

'¿Ye Wenming... está borracho?'.

Zhuo Qianyun quería alejar a Ye Wenming, pero cuanto más lo empujaba, más fuerte la abrazaba. Sus cuerpos estaban presionados uno contra el otro, y su olor envolvía todo el cuerpo de ella.

"Ye Wenming, ¿estás borracho?", gritó