Yi Jinli se dirigió a sus subordinados y dijo: "Aquellos que no cumplieron con su deber hoy serán castigados más tarde. Además, averigüen qué ha pasado con estas personas".

"Sí", dijo el subordinado.

En ese momento, uno de los hombres que fue detenido por los hombres de Yi Jinli luchó por levantar la cabeza y gritó: "¡Ling Yiran, maldita abogada! No creas que esto terminó solo porque has huido a la Ciudad de Shen. Tú y tu mentor conspiraron para meterme en prisión durante dos años y medio, lo que provocó que mi esposa y mis hijos me abandonaran. ¡Quiero que pagues el precio!”.

Solo fue hasta ahora que Ling Yiran reconoció al hombre de mediana edad que le gritaba. Él había sido el acusado en uno de sus casos, y ella había sido la abogada del demandante.

El demandante ganó el caso y el demandado fue condenado a dos años y medio de prisión.

"No hice nada malo. Obtuviste lo que te merecías debido a tu caso".

"¡Fuiste tú! Tú y tu mentor me usaron como trampolín para hacerse un nombre