Joshua respiró profundamente para calmarse. Secó suavemente las lágrimas de los ojos de Ashley.
—Oye, no llores. Solo es dinero. Estoy enojado con ese tipo, no contigo. ¡Tengo que mostrarle que no puede meterse conmigo!
Ashley enterró su rostro en el pecho de Joshua, susurrando:
—Eres tan amable, Sr. Reed. Por favor, no te enojes. Ese tipo puede tener suerte, pero no es rival para ti. ¡Ya veremos cómo lidiamos con él eventualmente!
Después de la competencia, varios miembros del personal de la pista de carreras se acercaron a Bianca para verificar si estaba herida.
Bianca negó con la cabeza, asegurándoles que estaba bien. Entonces, un hombre con un traje elegante y zapatos brillantes se abrió paso entre la multitud. El personal se apartó para dejarlo pasar.
Era Frank Hudson, el gerente de la pista de carreras.
Se detuvo frente a Bianca, sonriendo aprobatoriamente.
—Señorita Scott, nadie aquí había domado a Lightning antes. Sin embargo, lo hiciste durante una competencia. Realmente mere