Dave se colocó la chaqueta del traje, dando por terminada la conversación. Mientras pasaba junto a Michael, este gritó:
—¡Somos ricos y poderosos! ¿Por qué no podemos hacer que la gente esté con nosotros? ¡Igual que en los negocios, hacemos lo que sea necesario para conseguir lo que queremos!
Dave no respondió. Solo resopló con desprecio y salió.
—¡No creo que realmente puedas renunciar a Bianca… a menos que ya no la ames! —gritó Michael, furioso.
Dave se detuvo por un instante y sonrió.
—Michael, tú no entiendes lo que es el amor.
Michael se dejó caer en la silla, aceptando la dura realidad. ¿Cómo podría entenderlo?
Su padre rara vez estaba en casa, siempre viajando por negocios.
Más tarde, Michael descubrió que la mayor parte del tiempo la pasaba con su amante, mientras su madre controlaba cada aspecto de su vida.
No tenía libertad, ni descanso. Estaba destinado a entrenarse hasta estar listo para heredar el Grupo Hayes.
La rutina lo había insensibilizado. La llegada de Sophia fue l