Justo en ese momento, un movimiento a su lado lo sacó de sus pensamientos.
Skylar se estiró lentamente y abrió los ojos.
Al principio, una suave sonrisa apareció en sus labios. Pero pronto se desvaneció, reemplazada por una expresión de shock e incredulidad.
—Reece, ¿qué pasó anoche? ¿Qué me hiciste? —La voz de Skylar temblaba de miedo, y sus ojos se abrieron con confusión mientras se aferraba a la sábana contra su pecho.
Al ver su angustia, una ola de remordimiento invadió a Reece. El peso de la culpa lo aplastaba por dentro.
No podía mirarla a los ojos.
—Es… es mi primera vez —confesó Skylar, con los ojos llenos de lágrimas otra vez.
Reece, al verla llorar, sintió cómo se le partía el corazón.
No podía soportar verla así. Se giró hacia ella y le colocó las manos con suavidad sobre los hombros.
—No te preocupes. Asumiré la responsabilidad de lo que pasó. Te lo prometo —dijo en voz baja, mirándola a los ojos.
—¿Asumir la responsabilidad? ¿Cómo? —preguntó Skylar, con la voz temblorosa