En los Apartamentos frente al río, Bianca acababa de terminar de empacar sus cosas. Miró por última vez la sala de estar. Sin darse cuenta, apretó con fuerza el asa de la maleta.
Una parte de ella no quería irse, pero ya había tomado una decisión… y pensaba cumplirla.
Inspiró profundo y soltó el aire lentamente, dejando atrás el pasado. Se giró y caminó hacia la puerta.
Justo en ese momento, escuchó el sonido de una llave girando en la cerradura desde el otro lado.
Sus pasos se frenaron, y se quedó mirando la puerta, con los ojos bien abiertos.
Sabía perfectamente quién estaba del otro lado, y solo pensarlo hizo que su corazón se acelerara.
Tragó saliva y se mordió el labio, intentando mantener la calma.
Cuando la puerta se abrió, Dave entró… pero se detuvo en seco al verla de pie en el pasillo.
Sus ojos fueron directamente hacia la maleta en su mano, y el brillo en su mirada desapareció al instante.
—¿Ya empacaste todo? —preguntó con esa voz profunda y tranquila de siempre, aunq