Skylar se frotó la muñeca, con los ojos llenos de lágrimas mientras lo miraba.
—Tienes que entender lo que haría tu abuelo si se entera de que amas a alguien fuera de nuestro círculo social. Conocí a Bianca. Es una chica amable, honesta, que merece una vida simple y feliz por su cuenta. No debería verse atrapada en los conflictos de tu familia. Nacer en la riqueza es como vivir en una jaula de oro, obligados a cumplir roles que no elegimos. He visto muchas cosas cuidando a tu abuelo, y ya acepté que no puedo escapar de esta vida. Tú también debes aceptar tu destino, Dave. Déjate ir… y deja ir a Bianca, por el bien de los dos.
Los dedos de Dave temblaron mientras apretaba los puños, con el corazón pesado de desesperación.
Al ver que no respondía, Skylar insistió:
—Sabes lo enfermo que está tu abuelo. ¿Por qué no hacerle feliz en sus últimos años? Luego, si después de que él se haya ido aún quieres luchar por tu amor, no me opondré. Solo te pido que ahora lo hagamos feliz. Eres su ni