Sin mirar a Stacey, Bianca respondió con calma:
—¿Te sientes asustada? Después de todo, has cometido muchos errores. ¿Quién sabe cuándo te alcanzará el karma?
Stacey se burló.
—No creo en eso. Si la retribución fuera real, no habría tantas injusticias. Yo creo que el destino está en mis propias manos.
Bianca sonrió sutilmente y dijo:
—Algunas cosas sucederán sin importar lo que creas. Escuché una historia que dice que si alguien muere injustamente, su espíritu vagará hasta encontrar al responsable.
Mientras hablaban, una película de terror se reproducía en la pantalla. Contaba la historia de una mujer que murió por traición, y su espíritu vengativo regresó en busca de venganza.
Stacey sintió un ligero escalofrío recorrer su cuerpo.
Las últimas palabras de Marisa resonaron en su mente:
—Tienes que salvarlo, o no te dejaré en paz, incluso si muero.
Bianca notó la expresión pálida de Stacey y preguntó con una ligera sonrisa:
—Stacey, te ves un poco pálida. ¿Lo que dije te recu