Los valientes transeúntes lograron sacar a su padre del asiento del conductor. A pesar de sus heridas, él intentaba desesperadamente abrir la puerta trasera para llegar hasta su esposa y su hijo.
Lamentablemente, la puerta estaba atascada y no se movía.
Con rapidez, algunos rompieron las ventanas del coche.
La madre de Dave lo levantó, y con la ayuda de su padre y los desconocidos solidarios, lograron sacarlo.
Mientras su padre trataba de liberar a su madre, vio que sus piernas estaban atrapadas bajo el asiento delantero destrozado. Sangraba de la frente y parecía a punto de desmayarse.
De repente, el coche hizo un sonido extraño y comenzó a perder gasolina.
—¡Hay que salir de aquí! ¡El coche va a explotar! —gritó un conductor cercano.
Sin dudarlo, alejaron a su padre varios metros. Dave escuchaba susurros angustiados.
—¡Es demasiado peligroso!
—No puedo volver allá.
—Algunos tienen suerte y sobreviven…
Adolorido, Dave lloraba sentado en el suelo.
Los que miraban la escena lo