—Si somos amigos, es normal preocuparnos el uno por el otro. ¿Por qué siempre rechazas mi amabilidad? ¿O acaso… tienes sentimientos…?
—No —respondió Bianca con firmeza, sus ojos reflejaban sinceridad—. Estás pensando de más. No quiero causar malentendidos entre nosotros. Además, ya tengo novio.
—Bianc, ¿de verdad él merece tu amor? —preguntó Blake, mirándola fijamente con ojos llenos de resignación.
Bianca no evitó su mirada. Sonrió con dulzura y dijo:
—En una relación, no se trata de merecer, sino de estar dispuesta a comprometerme.
Los labios de Blake temblaron levemente. Tras una pausa, dudó antes de preguntar:
—Y si un día descubres que te mintió, ¿qué harías?
—Él no me mentiría —respondió Bianca sin titubear.
Al ver la confianza con la que Bianca lo defendía, Blake bajó los hombros, intranquilo por el hombre al que ella protegía.
—Lo siento —dijo en voz baja.
Bianca apretó los labios y lo tranquilizó:
—Está bien. Sé que solo te preocupas por mí. Si no hay nada más, me iré. P