El hombre al otro lado de la línea soltó una carcajada con desprecio.
—¿Y por qué debería reunirme contigo?
—No te lo pediría si no fuera importante.
—Stacey, estás jugando con fuego.
Stacey apretó los puños y respondió con firmeza:
—Ashley también es tu hija. ¿Cómo te afectaría que su verdadera identidad saliera a la luz?
La voz del hombre se tornó seria.
—¿Estás tratando de amenazarme? Recuerda que mi paciencia tiene un límite.
—Sé que podrías hacerme desaparecer fácilmente, pero tengo un plan de respaldo. ¿Y si te dijera que el novio de mi hijastra se apellida Evans? ¿Te interesa ahora?
Después de una breve pausa, el hombre respondió:
—Mañana a las dos de la tarde, en el Club Rivercross. Ya sabes dónde encontrarme.
—Entendido. Nos vemos allí.
Al día siguiente, los rayos del sol se filtraban a través de las cortinas, llenando la habitación con una luz cálida que acariciaba el rostro sereno de Bianca mientras despertaba.
Notó que seguía acurrucada junto a Dave, sintiendo su respiraci