Mordía mis uñas de los nervios y la preocupación ahora por Dalila.
¿Por qué mierda se iría de la clase?, ¿a dónde habría ido?, ¿debería de llamar a Liam?
Esa mujer tenía algo raro desde que llegó de Rusia.
Saqué el teléfono para marcarle a mi hermano cuando Dalila entró por la cafetería muy…feliz.
— ¿En dónde estabas? —curioseé en cuanto llegó a nuestra mesa. Siempre nos sentábamos en ella—. Te perdiste por quince minutos. ¿Acaso pondrás una bomba? Alashalm
Rio y solo negó.
Estaba rara.
— ¿De dónde sacas tantas cosas?
—No lo sé —ladeé un poco mi cabeza y achiqué mis ojos mirándola, algo pasaba—. Te noto distinta, ¿Qué será