Para el momento en que Elliot llegó a la Universidad, ya era inútil intentar rastrear a Kali en medio de la turba de estudiantes. Intentó marcarle varias veces, pero las llamadas iban directamente al buzón de voz.
Finamente desistió y se fue a las oficinas de Davies Inc, y a nadie le pasó desapercibido que empezaba su día con un humor terrible. Sin embargo, solo Valeria hizo un acto de valentía y se atrevió a colarse en su oficina.
—¿Elliot?
Su hermano la miró y en ese mismo momento Valeria supo algo iba realmente mal.
—¿Qué está pasando? —preguntó llegando junto a él.
Elliot dudó por un instante, pero después de todo no tenía caso ocultarlo.
—Emma regresó.
—¿Qué…? —El rostro de Valeria solo reflejaba desconcierto—. ¿Cómo