WILLIAM

Si cree por un minuto que le voy a permitir que se salga con la suya con sus insolencias, está muy equivocada.

Discretamente, la vigilo atentamente y, tan pronto como Annerys desaparece de mi vista, me excuso y sigo a la vivaz sirena con la que parezco estar completamente obsesionado a través del bar.

Empujo la puerta del baño, entro y me alegra ver que los cubículos están vacíos, salvo el que ocupa Annerys. Satisfecho, regreso en silencio a la puerta principal y giro el pestillo para cerrarla con llave y evitar que alguien nos interrumpa.

Esbozo una sonrisa al oírla tararear para sí misma con satisfacción, disfrutando de su dulce melodía mientras hace sus necesidades antes de tirar de la cadena.

Apoyándome en el tocador, cruzo brazos y piernas y no tengo que esperar mucho para que abra la puerta y pueda salir del cubículo; siento un cosquilleo de anticipaci