Si le hubiera avisado antes, ya estaría hecha un manojo de nervios. Estaba nerviosa la semana pasada cuando fue a conocer a su padre y a su nueva novia, Viva. Su hermana la pone histérica con solo mencionar su nombre. Y cuando su madre la llamó ayer, no contestó porque, al parecer, le sale urticaria.

Conocer a mi ruidosa familia en una sorpresa improvisada, y acabar de una vez, es lo que necesita: sin preparativos, solo una sorpresa total: aquí está mi familia. O estaría preocupada por qué ponerse, cuestionando su peinado y haciéndome cientos de preguntas sobre ellos y si les gustará o no.

Es un sí rotundo y rotundo.

Sólo di las palabras, Linc.

—Eh, vuelvo al hotel a recoger las llaves de la casa de Rio. Olvidé dárselas cuando me mudé, y luego me veré con Rio para comer y ponernos al día —miento.<