XXIV...
Los ojitos de Aria derramaban lágrimas, mientras veía al hombre frente a ella sonriendo con suficiencia – ya sabes Aria, si no deseas perder a la mocosa, te vas a casar conmigo
- ¡Nunca me voy a casar contigo! – alertando a los demás comensales – ¡Johanna es mi hija!
- ¡Claro que no, es una bastarda a la que acogiste por caridad! ¡tú hija la asesinó el muerto de hambre con el que te casaste! – Aria queda en shock – ¡así que ahora mismo vamos al notario y nos casaremos! – tomando con fuerza el brazo de Aria
- ¡Suélteme! ¡no me toque! ¡qué me dejes!
- ¡Nos vamos ahora!
- ¡¡¡Ayuda!!!
Varios hombres se colocan de pie, dispuestos a ayudar a Aria, cuando quedan en shock, pues el príncipe heredero sale volando contra una mesa, Aria cae al suelo y un hombre de cabello rubio largo ojos grises y mirada asesina se acerca y ayuda a Aria a levantarse – ¿estás bien Aria?
- ¿Armin? – arrojándose a los brazos de Armin – ¡gracias, gracias por salvarme!
-No es nada – mirando a Guillermo con total despr