Genesis había mirado fijamente a Cristian, sus ojos azules parecen dagas, mientras observaba al hombre la sala había quedado en total frialdad, Ana no había expresado ninguna palabra esperando la reacción de su amiga.
— Eso es un chantaje - Genesis se acercó a Cristian - Prefiero no saber absolutamente nada si esas son tus condiciones, prefiero ir por mi propia cuenta sin importar cuanto tiempo tenga que tardar.
— ¿Tanto te importa ese hombre? - Cristian levantó la voz.
— Eso no es asunto tuyo, y aquí la conversación ha terminado, no tengo interés en lo que puedas decirme - Genesis se había dado la vuelta dispuesta a salir de la casa.
— Estás casada con un hombre que no te ama, con un hombre que no será capaz de dar ni siquiera un paso por ti.
— ¿Y eso en que te afecta a ti? No debería de afectarte en absolutamente nada, es mi vida - Genesis había respondido con total elegancia.
— Suficiente, Cristian, cuando me dijiste que debía de traerla, no me dijiste que era solamente para