Alpha Ikender
•Impulsos•
Empezó a desabrochar el camisón que me cubría, el ambiente se había vuelto un tanto pesado, mi nerviosismo y temor no ayudaban demasiado. Cerré los ojos tratando de concentrarme en él, en él solamente, porque era Ikender quien estaba desnudándome tiernamente, era él y nadie más.
—¿Estás segura?, puedo esperar un poco más, Eider no tienes que— su mirada, podría perderme inmensamente en esos ojos azules.
Ikender era un hombre frío, alguien a quien los demás le tenían miedo, pero yo llegué a él, tan rota y devastada, lo cambié en pocos días.
Me abrió su corazón, cuidó de mí como si fuese lo más valioso en su vida. Me falta mucho por saber en este mundo tan, mág