-No quiero presionarte preciosa, pero ya se nos hace tarde- decía Saúl a Linda, la observaba desde la puerta mientras ella daba unos toques a su maquillaje.
-Estoy Lista- se giró hacia él con una amplia sonrisa- estoy muy nerviosa.
-Estas maravillosa, en cuanto a los nervios, no hay ningún motivo, mi madre te adora casi tanto como yo.
-Es bueno saberlo. ¿ y su corbata detective?
-Voy a casa de mi madre, decidí prescindir de la corbata- sonrió travieso.
-Para ser un hombre que hace cumplir las leyes, es usted un rebelde- dijo riendo feliz.
-En ocasiones es bueno saltarse las reglas- le sonrió acercándose a ella- la tomó entre sus brazos, pero cuando Linda descubrió sus intenciones y giró el rostro, en consecuencia el beso fue depositado sobre su delicado