38. CONVERSACIÓN PARCIAL
No hay forma sencilla ni segura de tener esta conversación, así que solo dejaré que todo fluya. Hemos terminado el tinto, arreglado para bajar a desayunar y luego iremos al jardín a conversar. El abuelo insiste en llevar a Isabella al club en los próximos días para presumirla, y esa me parece una idea muy buena, pues estando con él y en esta casa, ella no correrá peligro y de paso el viejo será feliz.
Tomo su mano y vamos hasta el jardín, sentándonos junto a una pequeña fuente rodeados de tulipanes. Esas eran las flores preferidas de la abuela, así que el abuelo se encarga de mantenerlas lo mejor posible.
—Mañana debo ingresar a trabajar nuevamente, Isabella, y nuestra dinámica va a cambiar mucho. Por eso es necesario que tengamos esta plática.
—Por lo menos tú tienes una rutina desde mañana. Yo ya no tengo trabajo ni puedo volver a la universidad —ese es un ataque que merezco—. No tengo problema con acompañar al abuelo al club, pero no puedo solo hacer eso todo el día o todos los día