Al principio, Claus creyó que la chica estaba realmente demasiado cansada por los exámenes. Sin embargo, día tras día, a pesar de estar ocupado, pudo percibir de manera sensible que Estrella no estaba bien de ánimo. Estaba deprimida y raramente sonreía durante varios días seguidos.

Por eso, decidió pasar un día entero acompañando a Estrella durante el fin de semana.

Ese día, cuando terminaron el desayuno, Estrella notó que Claus todavía estaba en casa, se sorprendió un poco.

Después de todo, en los últimos días, Claus estaba tan ocupado que casi planeaba vivir en la oficina. Por lo que preguntó con curiosidad:

—¿No tienes que ir a la oficina hoy?

—Hoy estoy contigo. ¿A dónde quieres ir? Te acompaño —respondió Claus.

Creía que tal vez Estrella estaba deprimida porque habían pasado poco tiempo juntos esos días.

Realmente estaba muy ocupado últimamente y casi no tenían tiempo para quedarse juntos. Aunque el trabajo era muy importante para él, su chica era lo más preciado. Sentía que valía