Capítulo 4

Él.

No puedo dejar de mirarla. Me siento como un idiota embelesado por su belleza. Por su naturalidad. Por sus labios.

Empuja de nuevo la copa en su boca y ese movimiento se convierte en lo más embriagante para mí. Jenna es muy hermosa. Es una chica preciosa con un cuerpo que te invita a delirar. ¿Qué estoy diciendo?

Trato de controlar mis ojos y concentrarme en cenar. La comida es deliciosa, tenía razón. La chica me mira con una sonrisa y juguetea con el tenedor. 

—¿Le ha gustado verdad? —pregunta después de varios intentos, asiento y meto otra albóndiga en mi boca—. Es que el lugar es fenomenal. Me encanta. 

Ella me tiene encantado a mí. ¿Cómo es que no he deseado verla antes?, ¿me considerará atractivo?, un hombre de casi 40 años, divorciado y… claro que no.

—Me encantaría volver en mi cumpleaños —digo sin pensar, ella siente con una sonrisa.

—Por supuesto, le haré una reservación, ¿para cuantas personas le gustaría? —alzo una ceja 

—Dos —asiente y habla a la chica de la recepción a la que anteriormente trate de manera fatal.

—Quisiera hacer una reservación para este sábado —la mujer asiente—. Sería para dos personas y la hora…

Me mira expectante, tomo la copa frente a mí de forma hábil. 

—Una de la tarde —ella asiente, la mujer de la recepción toma nota y se retira.

—Me alegra que le haya gustado tanto —lo que me ha gustado más es su compañía, su delicada compañía. El camarero se acerca con un pastel de chocolate. Genial.

—Disculpa, me puedes traer un helado de vainilla con mermelada de fresa y una cereza — el mesero asiente y se retira—. Lo siento señor Denti, es que, siempre que vengo pido este pastel, pero sé que usted es alérgico al chocolate. He pedido su postre favorito.

La miro con los ojos bien abiertos. Ella sabe mi postre favorito también… pues claro mantiene mi vida andando. 

—Que detallista Jenna —ella asiente y toma un trozo de pastel de chocolate para saborearlo en su boca. Eso es pecado. 

—¿Ese es tu postre favorito? —pregunto al verla saborearlo tan… tentativamente. 

—El chef lo prepara delicioso, es un chocolate mezclado por él desde un inicio, una receta única y delirante —sonrío.

Delirante, como ella. Estoy perdido. 

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