En la cocina me encuentro con Aria Grace que al parecer me estaba esperando porque extiende hacia mí un delantal de color marfil y sonríe con mucho entusiasmo mientras vate algo en un bol.
En medio de la preparación de todo el almuerzo, Aria me pregunta si fue por mi mamá que empezó a gustarme cocinar. A eso tengo que responder de manera superficial; no puedo contarle que me dediqué a preparar cuanta comida pudiera para no volverme loco donde antes vivía.
Le expliqué que, como debía preparar mi propio almuerzo, cena y desayuno, decidí que lo mejor sería dedicarme de verdad a ello.
Luego de que la mamá de Liam siguiera la conversación hacia otros temas, llevamos la comida hasta el pequeño comedor blanco donde el principito y su padre no sabían qué más hacer para contener el hambre.
—Liam, este amigo tuyo es un gran ayudante de cocina.
Aria deja la fuente de papas fritas y yo ubico las hamburguesas.
Su hijo no contesta, está ocupado atac