Melanie Martinez “Training Wheels”
Escapé a casa de Keelan, pero eso fue un error de mi parte. No porque “mi novio” me delatara, sino porque a nosotros nos funcionaba no vernos tan seguido. Cuando él quería verme, venía a mi casa, cuando yo deseaba verlo, iba a su casa. Muy de vez en cuando pasábamos más de tres días a la semana juntos. Ya no sentíamos que nos manejara una poderosa necesidad de tocarnos y vernos como cuando éramos apenas dos hormonales con la voz entrecortada, acariciándose uno a otro
No quiero pensar cómo hice para llegar a su casa o cómo fue que pude entrar e instalarme ahí. Lo más importante de todo eso en realidad es lo que pasó al final, o más bien, comienzo de ese día.
Ambos estábamos en su cama mirando a la nada, él me ayudó a curar algunas heridas y luego hizo lo que siempre hacía cuando estábamos solos: consolarme con suaves caricias y besos profundos hasta llegar a la liberación. Es gracioso porque a pesar de