Damon*Averina les había cedido una tienda más grande y cómoda debido al embarazo de Eve. Y Damon, aunque últimamente se sintiera perdido, agradeció en silencio a los dioses. Al menos quería verla bien.Fue hasta Averina para darle las gracias. Ella hablaba con algunos lupinos, pero al notar su presencia, despidió a los demás.“Averina.”Ella se giró hacia él, una sonrisa discreta en los labios.“Damon.”Él asintió, manteniendo la mirada firme.“Gracias por la tienda. Eve realmente lo necesitaba.”La sonrisa de ella se ensanchó.“No hay de qué. Está embarazada. Necesita comodidad.”Él devolvió la sonrisa, sin sentir realmente el gesto.“Tenemos un sanador, por si lo necesita.”“Se lo diré.”Ya iba a darse la vuelta cuando sintió los dedos de ella sujetar su mano. Damon se detuvo. El contacto fue breve, pero intencionado. Volvió la mirada hacia Averina, que mordía su labio inferior.“Ah…” Ella dudó un instante, pero luego afirmó la voz. “Voy a beber algo en mi tienda. Si quieres…”Incl

Habían pasado algunas semanas desde su llegada al campamento de Averina. Liam estaba decidido a enseñarle a Collin a luchar, y cada día la entrenaba con una paciencia implacable o simplemente observaba sus movimientos con ojos afilados.Esa tarde, Collin estaba sudada, jadeante, con cada músculo de su cuerpo ardiendo por el esfuerzo. Pero Liam… él apenas parecía un poco acalorado, con esa maldita sonrisa en la comisura de los labios.“¿Ya te cansaste?” su voz, cargada de provocación, se deslizó hasta ella.“Cállate” replicó, apoyando las manos en las rodillas, tratando de recuperar el aliento.Su sonrisa se ensanchó, puro desafío.“¿Por qué no me haces callar?” su voz llegó baja, ronca, peligrosamente seductora.Collin levantó la mirada y, dioses, no debería haberlo hecho. El sudor bajaba por el pecho desnudo de Liam, deslizándose entre los músculos definidos. Las marcas del alma de uno, que tanto odiaba, estaban allí, pero en ese momento, no le importaban. Todo lo que veía era a un h

Collin*La noche junto a Liam había sido confusa y extraña. Hacer el amor con él había sido perfecto, como siempre. Pero había algo en sus ojos. Algo incómodo, una inquietud velada. No era bueno fingiendo con ella. En cuanto se incorporó, él ya estaba despierto. Sentado al borde de la cama, ya vestido, la observaba dormir con una expresión cargada."Esto es un poco raro", murmuró ella, entrecerrando los ojos.Liam sonrió de lado, pero había algo ausente en aquella sonrisa."¿Sabes que... creo que estás aún más hermosa cuando despiertas?" La voz ronca de él le provocó un escalofrío que le recorrió la espalda.Collin rió suavemente, deslizando las sábanas para cubrir mejor su cuerpo desnudo."Eres un gran mentiroso." Su sonrisa se desvaneció al notar que él no respondía. En lugar de eso, continuaba mirándola con aquellos ojos tormentosos.Ella se inclinó hacia adelante, deslizando las manos por sus hombros hasta su nuca. Sus labios se encontraron en un beso prolongado, pero había urgenc

Collin*Los tres corrieron hacia la tienda de Eve. Collin fue la primera en entrar. Su amiga estaba tendida en la cama, sudando y gimiendo de dolor. Rápidamente, Collin se acercó."Eve... estamos aquí." Sin demora, Eve le tomó la mano con fuerza."Viniste..." gimió, intentando contener el dolor."Cuando nos conocimos, dijiste que la compañera del alfa debía estar con la mujer embarazada el día del parto, ¿recuerdas? Bueno... aquí estoy."Aun jadeando y gimiendo de dolor, Eve sonrió levemente. Collin miró a Damon, que estaba de pie junto a Liam. Su rostro pálido, su expresión tensa."¿Ya llamaste al curandero?" preguntó Liam."Sí, pero todavía no ha llegado... ya debería estar aquí."Damon apretó los puños. Liam frunció el ceño, la preocupación evidente."Será mejor que nosotros..."Antes de que pudiera terminar la frase, un grito cortó el campamento."¡INVASORES!"La voz de un lupino resonó, haciendo que todos afuera entraran en pánico. El caos comenzó. Liam y Damon se prepararon.

Collin*Antes del amanecer, Maden había arrastrado a Collin fuera del bosque. Llevaba una venda en los ojos, y todo lo que podía hacer era escuchar los sonidos a su alrededor.El suelo de tierra, los pasos firmes, las voces distantes. Él la condujo hasta una habitación pequeña y fría. Cuando le quitó la venda, parpadeó contra la tenue luz, sintiendo las cuerdas apretadas en sus muñecas. El lugar estaba casi vacío, solo una cama y una silla."Espero que te gusten los alojamientos."La voz de Maden estaba cargada de sarcasmo."¡Hijo de puta!"gruñó Collin, pero antes de que pudiera decir más, la bofetada llegó rápida y violenta. Su cabeza giró con el impacto, y la piel le ardió bajo la fuerza del golpe."No hables así con tu padre." Su voz era baja, amenazante.Collin levantó el rostro, los ojos brillando de odio."Tú no eres mi padre. No eres nada para mí." Su voz tembló, pero de rabia, no de miedo.Por un momento, Maden la miró como si aquellas palabras realmente lo hubieran afectado.