Capítulo 70. La caída de la máscara.Habían pasado dos días desde el nacimiento de mi hijo y aún no le habíamos puesto un nombre. Se me hacía extraño verlo en su forma animal. Nana no me había permitido alimentarlo, yo solo podía sacarme la leche con un sacaleches y ella le daba un biberón. No entendía por qué algo tan sencillo no podía hacerlo yo.Intenté hablar con Lucien sobre el asunto y él me dijo que era algo normal. Que debía descansar y no preocuparme por pequeñeces. Pero es que, para mí, no era una pequeñez. Se trataba de mi hijo y quería cuidarlo yo.Al tercer día, todo cambió. Cuando me levanté para ver que estaba bien, ya no era un cachorro de lobo. Había vuelto a su forma humana.En ese momento abrió los ojos y sentí que se me paraba el corazón. Lo saqué de la cuna con cuidado y me lo acerqué al pecho. Parecía que tenía hambre, así que lo puse a mamar.Sentada en la cama con mi pequeño, Nana se despertó y vino hacia mí con la mirada oscurecida.Nana abrió los ojos de golp

Capítulo 72. Puntos rojos Salí de la habitación de Edith con la energía renovada. Llegué hasta mi dormitorio y me puse a alimentar a mi bebé. Leo, ese era su nombre, ya lo había decidido. Estaba cansada de esperar a que Lucien y yo hiciéramos las paces y nos pusiéramos de acuerdo.Poco me importaba en ese momento si estaba siendo egoísta o no. Toda mi vida se había basado en obedecer y agachar la cabeza, y ya estaba empezando a cansarme de ello. ¿Por qué no podía ser feliz? ¿Por qué no podía tomar mis propias decisiones? ¿Por qué? Qué más daba si me equivocaba en el proceso. Era mi vida y yo tenía todo el derecho a decidir.El resto del día lo pasé en modo automático. Ni siquiera regañé con Nana; simplemente ignoré todas y cada una de sus sugerencias. Cuando llegó la noche pude escuchar un gran estruendo en el exterior. Me levanté de la cama con cuidado de no despertar a Leo, aunque más bien fue por costumbre, ya que después de aquel horrible ruido lo raro era que no estuviera despie

Capítulo 74. Gran Alfa La manada de Calvin estaba lejos de ser acogedora. Todo era caos y destrucción, pero, pensándolo bien, la Manada Oscura tampoco es que estuviera mucho mejor últimamente.No hacía otra cosa más que pensar en Lucien o en Rosa. No saber nada de ellos me estaba matando lentamente. Calvin me había asignado un cuarto en la casa de la manada y, desde que llegamos, no lo había visto a él ni tampoco a Edith. Estaba sola, pero al menos estaba segura… aunque fuera temporalmente.No podía intentar localizar a Lucien porque no estaba localizable, pero sí podía hablar con Mara sin exponer mi posición.Para eso necesitaba un ordenador, y en el dormitorio no había ninguno, por lo que tenía que salir de allí. Pero no podía dejar a Leo solo, y tampoco confiaba en nadie de aquí. Así que improvisé: cogí un pañuelo grande, puse a Leo en su interior, lo enrosqué alrededor de mi cuerpo y vualà, ya tenía un porta-bebés casero.Emprendí el camino hacia quién sabe dónde. Si creía que l

Capítulo 76. EscapeHa pasado una semana desde que llegué aquí, durante todo este tiempo he podido estudiar las rutinas de los guardias y las personas que trabajan aquí. Tenía pensado esperar un poco más para escapar pero hoy se han dado los acontecimientos propicios y no creo que pueda tener otra ocasión mejor que la que se me ofrece hoy.Esta noche Calvin va a presentar a Edith como su Luna a toda la manada. Todo el mundo estará en la celebración por lo que bajarán un poco la guardia y en principio no me será muy difícil poder escapar.Lo tengo todo pensando al milímetro. Si mi presencia es obligatoria iré y me disculparé en algún momento con el pretexto de que Leo es muy pequeño y necesita dormir o comer....Edith me ha pedido que vaya temprano a su habitación para "hacer magia", palabras textuales. Cuando entro, la encuentro sentada frente al espejo con una expresión que mezcla nervios, cansancio.—Bienvenida a la fábrica de ilusiones —dice, levantando una ceja—. Hoy sere convert

Capítulo 78. Mamá—¿Mamá, qué haces aquí? ¿Qué te ha pasado? ¿Y ese bebé?—Cariño, es muy largo de contar y apenas si tengo fuerzas. Pero quédate con que estoy bien y contigo ahora.No sé qué decir, sigo en shock. Claro que le pedí a Mara que la buscara, pero nadie me dijo nada. Igual esto pasó después de que tuviera que escapar de los vampiros o no, no lo sé, pero ya da igual. Lo importante es que está aquí y bien. ¿Pero el bebé?Me acerco hasta mamá y beso su frente. No sabía cuánto la había echado de menos hasta que la he vuelto a ver.—Te presento a Derek, tu hermano pequeño…—Dame unos minutos… —respondo y salgo corriendo de la habitación.Después de unos minutos dando vueltas, llego hasta la habitación que me dijo Mara. Abro la puerta sin llamar y veo cómo Mara está sentada revisando unos papeles mientras Leo duerme plácidamente en una cuna improvisada.—Cógelo y ve a verlos…De verdad que esta mujer es lo más. No tengo que decirle nada, ya que ella parece leer mis pensamientos.