—¡Muy bien, Junior!—¡Así se hace!Vítores y aplausos por parte de Geraldine y Elisa, todo porque Junior había saltado de la cima de la torre-montaña de almohadas y aterrizado en el sofá.—¡Mami, salté de la montaña más alta del mundo!—Lo hiciste, cariño —halagó Lucía, mirando a su hijo con ternura.—¿Hueles eso, Junior? —preguntó Elisa, olfateando el aire—. Es el aroma del premio por tu gran hazaña. Galletas con chispas de chocolate. Nuestras favoritas.Y de pronto, Lucía vio a la horda Parisi atacar las galletas. En pocos minutos vaciaron el plato, dejando las tazas humeantes para el final.Logan, después de meterse varias galletas a la boca, pareciendo una ardilla con las mejillas hinchadas por tener varias nueces en la boca, la ayudó a sentarse el sofá biplaza y Lucía bebió su café, escuchando la conversación de Geraldine, Elisa y Junior. Logan se sentó a su lado, acariciando su vientre redondito… Bueno, bastante redondito. Llevaba siete meses de embarazo y solo una semana atrás
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